EL DESASTRE DE LA CIUDAD DE TARRASA

Urbanismo Terrassa
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La ciudad de Tarrasa, demasiados años de declive

La ciudad de Tarrasa, la tercera de Cataluña en población (225.000 hab.), lleva ya muchos años de declive, retrocediendo globalmente, cuando fue uno de los polos de desarrollo más espectaculares de la industria textil de nuestro país, entre los años veinte y setenta del siglo pasado, periodo en el que pasó de 20.000 a 200.000 habitantes.

Recordemos empresas como Tarrasa Industrial y Sala-Badrinas, en la Ctra. De Montcada; el Vapor Catex en la Sala Muncunill, situada en la Rasa, junto al Ayuntamiento; fábrica Marcel i Poal, también en la Rasa; Aymerich Amat i Jover, (actual Museo de la Ciencia), en la Rambla (Centro Cultural); la Saphil, coloquialmente “L’Anónima”, en la C/. Galileo: el Vapor Gran, en la C/. San Genís/Baldrich: la Agut que fue una colonia, con las casas al lado para sus trabajadores, situada en la Avda. Tarradellas; la Laniseda, en la Ctra. de Castellar (en la manzana triangular de los bomberos); la Tintorería Lanera, entre las calles Cervantes, S. Leopoldo y Montserrat; Abad Ribera, en Ctra. de Martorell / Concilio Egarense; Monset i Guardiola en terrenos que ahora son instalaciones de la Mutua; la Tintorería Doré S.A. en el actual Paseo de las Letras; Lanas Torredemer, en el mismo lugar; el Vapor Ventalló en la Rasa/ San Lorenzo; Tintes Vallés, en la C/ Linneo 23… 

Y tantas otras como los inmensos telares de la nave de la acera sur de la Avda. Jaquard… Agreguemos fuera del textil los Talleres de Maquinaria Textil Galván, en la C/ Francés Oller; la fábrica de componentes de automóviles, adscrita a la Seat, en el polígono industrial del barrio de San Lorenzo, la AEG de tecnología electrónica, en la Ctra. De Castellar; la bóbila Almirall, con la mayor chimenea del mundo que viene en el libro Guinnes de los Records con su impresionante escalera exterior de caracol, en la Avda. Ángel Sallent; y el consorcio CIRSA, la más potente de todas.

Pues tras este panorama esplendoroso vino la crisis del textil, que en el 73 dejó a miles de trabajadores en la calle. Y aunque empezaron a abrir bares y peluquerías (sector servicios), la inmigración, desde otras regiones de España, seguía y aunque aumentaron mucho los autónomos, no se resolvió el problema del empleo hasta el “bum” de la construcción, que se aceleró al nombrar, sobre 1988, Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos de 1992.

Entre los años 1973-88 aproximadamente, se fomentó la industria auxiliar y mecánica, como ya he dicho, casi toda en manos de autónomos; y creció el sector servicios. Fue el ramo de la construcción el que remedió la crisis industrial durante casi quince años, hasta que los precios de la vivienda se dispararon de tal manera ya entre 2004 y 2006, que era imposible pagarla para un trabajador, incluso uniendo también el sueldo de su pareja, ni poder financiarla, aunque de hipoteca daban más del 100% del valor de la vivienda, y hasta en un plazo de ¡40 años!...

Y lo más tremendo ocurrió: la gente sin empleo empezó a vivir y depender de sus padres, en casa de ellos incluso, sin poder emanciparse… hasta hijos casados viviendo con la madre o el padre separados; y también con los dos (pisos de dos familias viviendo juntas).

Mientras tanto, y a pesar de la crisis, la demanda de pisos de Tarrasa, por estar ésta en el extremo más lejano a Barcelona, ya en el extrarradio casi, de la Zona Metropolitana, aquí, continuaba. Y además este hecho no era problema gracias a las buenas comunicaciones: dos estaciones de Ferrocarril (RENFE y Ferrocarriles Catalanes) con trenes cada cuarto de hora y además dos autopistas gratis y una de pago para ir a Barcelona.

Por todo esto, la población no cesó de crecer porque empezaron a llegar inmigrantes extranjeros, para compensar la falta de natalidad de nuestro país. Primero fueron sudamericanos y después, magrebíes. Los inmigrantes extranjeros, especialmente las mujeres, encontraban trabajo cuidando a mayores o haciendo tareas domésticas y los hombres magrebíes especialmente, empleados por el Ayuntamiento en los servicios de limpieza y en la recogida de basuras.

Pero con la llegada de la democracia y con la posterior adhesión a Europa habían llegado dineros a espuertas para la ayuda al desarrollo de los países más necesitados. Tarrasa se aprovechó una vez más configurando planes urbanísticos y su red viaria de tráfico urbano: Parque de Vallparadís y cinturones del Vallés y Avda. Béjar; el Paseo Veintidós de Julio, con el soterramiento de la RENFE y los FF.CC que tuvo lugar para los Juegos Olímpicos de Barcelona, como el cinturón Ctra. de Sabadell-Martorell.

Pero antes de Europa, cuando la Riada de 1962, Franco indemnizó a los familiares de los quinientos muertos no sólo con dinero, sino que fabricó viviendas como las torres grandes de pisos del barrio de San Lorenzo (porque los más bajos, de cinco plantas de San Lorenzo, la Maurina y las del barrio de Egara, las construyó en los años cincuenta) y rehízo los muros del encauzamiento de las Rieras.

Citemos también, en los años 70 al principio, construyó, a través de la Organización Sindical, los barrios del Bonaire, al Norte y el de los Pisos de la Ctra. de Rubí, al Sur de la ciudad. Finalmente, en los últimos años, impulsado por el gobierno Autónomo y el Estatal se culminó el llamado Metro de Tarrassa con la ampliación de los FF.CC. que ahora llegan con tres paradas más al Bonaire, enlazando en la de en medio con la Estación central de RENFE.

Esta última obra citada es la que se pueden apuntar en su haber el Ayuntamiento en los últimos veinticinco años. En este declive último de la economía de nuestra ciudad, el paro llegó en 2012 al 22’5%, con 23.659 parados; y ahora, maquillando las cifras, descontando esos parados temporales, que ahora llaman fijos discontinuos, estamos en el 10’78% y 12.757 parados.

En estos últimos años, las iniciativas del ayuntamiento en la creación de empleo han sido prácticamente nulas; claro que antes tampoco el empleo surgió de ningún plan del Consistorio; recordemos algunos de estos planes: el aprovechamiento del vacío bloque del Sanatorio Antituberculoso, tal vez el único caso plausible; porque la compra del Teatro Principal ¿fueron cincuenta millones de €uros?, o la demagoga compra “para el contribuyente” de la Mina de Aguas de Tarrasa, que ahora se llama falsamente “Tagua” (tu agua) y que nos costó a todos los ciudadanos 75 millones de €uros, para indemnizar a la Mina, por expropiarle algo privado…

Puedo mencionar los proyectos de rehabilitación de grandes fábricas donde sospecho que se manejan muchos millones, como siempre, sin saber a qué lado caen; de transparencia, cero.
Y reflexionando, para concluir, ¿cómo es posible que se haya acabado casi con la totalidad de las grandes industrias y con el esplendor económico y esta ruina no tenga salida, ni a corto ni a medio plazo?

Para mí la responsabilidad está en nosotros mismos, sólo hay que ver a quien hemos dado continuadamente el poder en el Ayuntamiento durante cuarenta años, a los socialistas, siempre subiendo impuestos y malgastando y a sus aliados los comunistas, y ahora todos separatistas, y exhibidores de un feminismo que rompe la igualdad de hombre y mujer ante la ley; cuando este ideal es una cortina de humo demagógica para intentar, como con todo lo que proyectan, ganar votos, que es lo único que les interesa.

¿Cuál será el próximo paso hacia el precipicio?...

Tarrasa a 22 de Enero de 2023.
Fdo. EUSEBIO MURILLO


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